Le
faltan 5 pal’ peso
El
DT Garnero pone a defensores a jugar como volantes centrales. Constantes pases
hacia atrás que derivan en repetidos pelotazos, muy lejos de aquel equipo que
se fue a la B causando sensación por su juego. En 5 fechas San Martín recibió 9
goles. Ayer cayó 3 a 0 ante Banfield y levantó el murmullo de su gente. Bogado
quedó marginado del equipo titular hace cuatro partidos y Caprari no va ni al
banco.
Texto: Pablo Zama
Fotos: Diario de Cuyo
El “Pelado” Deivis Barone, que llegó para ser un
referente de la zaga central, se puso los guantes y la casaca número 1, pero no
pudo evitar que el disparo desde los doce pasos del paraguayo Santiago Salcedo
choque la red. El absurdo a veces da risa y otras tantas, como anoche, genera impotencia
que más tarde deriva en tristeza. Barone fue arquero por algunos minutos porque
a Luis Ardente no le quedó otra que hacerle penal a un rival para salvar el
arco, después de un infantil error de Santiago Hoyos, y ligó la roja directa
del árbitro Pablo Díaz. Pero que Damián Ledesma, el marcador central que terminó jugando
en un buen nivel en Primera, lo haya hecho ayer de cinco, con un rendimiento
para el olvido, no fue casualidad ni un revés del destino futbolístico del
partido, como sí lo fue que Barone se tenga que vestir de arquero.
San Martín perdió 3 a 0 con un contundente Banfield
en San Juan y causó decepción entre sus hinchas. El equipo de Concepción marcó
7 goles y recibió 9, ganó 2 partidos y perdió 3. Ayer destrozó una racha de 7
victorias consecutivas como local, que traía desde la elite. Carece de
identidad de juego y aún no muestra chapa de candidato.
Retomando el tema de los sorprendentes cambios
posicionales, tampoco fue casualidad que Francisco Mattia (frente al Taladro fue al banco por decisión del DT), también marcador central, haya ocupado lugar en el
círculo del mediocampo desde el primer partido, siendo que el sanjuanino
Nicolás Pelaitay (ahora también lesionado), que sí es cinco, estaba en un buen
nivel. Ni que en la tarde de ayer, cuando el partido ya empezaba a calentarse
porque había derrota 1-0, tras el ingreso de Lucas Salas el carrilero por la
izquierda Franco Quiroga termine siendo volante central. Mucho menos cae en el
armario de los hechos fortuitos que terminan trasgrediendo un orden, el hecho de que Mauro
Bogado (por estos días también en enfermería), jugador con jerarquía de Primera
División, esté marginado desde la segunda fecha. El volante por derecha, que
sonó en River y otros clubes de Primera, dijo que decidió quedarse porque
quiere ascender con San Martín. Hoy está desaprovechado.
Al Verdinegro le cuesta encontrar el equilibrio y eso
en gran parte es un impacto que viene desde el banco de suplentes: el director
técnico Daniel Garnero está tomando decisiones tácticas que dejan en offside al
periodismo y a gran parte de la hinchada verdinegra. Anoche expresó que al equipo "le falta un poquito para concretar lo que busca". Le faltan 5 para el peso. Los 5 en la fecha 5 no
anduvieron y eso terminó pesando en el mediocampo, en donde no hubo control del
balón porque los carrileros tampoco rindieron. Anoche San Martín mostró un rostro
desfigurado, anémico para dar el golpe de nocaut en los metros finales. Completando
el doble cinco jugó ayer también Iván Pérez, un futbolista muy pedido y
esperado por el DT, que no termina de convencer a la parcialidad de Concepción.
El Verdinegro está plagado de cincos que no son cincos o que lo son (como en el
caso de Pérez) pero que no rinden en la dimensión esperada y que cumplen
esa función a pedido del mandamás del plantel.
Paso
atrás, pelotazo
El aficionado, acostumbrado al juego que terminó
desplegando el Verdinegro en Primera y que fue motivo de admiración por el
pueblo futbolero argentino, ve con sorpresa que el equipo intente tocar cada
pelota hacia atrás y en vez de armar juego desde allí, la bocha derive en
Ardente o en algún defensor, pelotazo seguro hacia arriba. Es difícil entender
a qué juega el equipo cuando los que tienen que encarar para adelante (Federico
Poggi, Pablo López, Quiroga) devuelven el balón para buscar un pelotazo que ayer
casi siempre fue capitalizado por el rival.
El Verdinegro realizó sólo cuatro remates al arco
ante Banfield: dos en el primer tiempo (de López, uno a las manos del arquero Enrique
Bologna y otro cerca de un palo) y dos en el segundo (también de López, uno
reventó el travesaño y el restante se fue por arriba). En el segundo tiempo,
pese a la inferioridad numérica por las expulsiones de Luis Ardente y Ledesma,
los ingresados Nicolás Martínez y Lucas Salas intentaron desplegar otro fútbol
y en una pared entre ambos dejaron habilitado a López que por poco no marca.
Parece también difícil de digerir para los hinchas que dos volantes con esa
creatividad y frescura en el juego estén en el banco de suplentes. “Jugamos muy
mal, el único que se salvó fue Salas”, dijo ayer el vicepresidente Roberto Petrignani
después del partido.
El
5 que no es
En un sábado que se esfumó entre las cenizas de la
derrota y la impotencia, quedó muy claro que es muy difícil que Ledesma pueda jugar
de 5 en San Martín. El ex Independiente no encontró el partido y en el segundo
tiempo se lo vio ir hacia la línea defensiva, tal vez extrañando su verdadera posición
en el campo. Al término del encuentro, el defensor vestido de mediocampista dijo
que se encontró falto de ritmo. Ésa fue la apuesta de Garnero, colocar como
titular y en una posición cambiada a un futbolista que no había jugado ninguna
fecha todavía (por tener que cumplir la suspensión que pesó sobre él por la expulsión
ante River en el Torneo Final de Primera de AFA) y que está -como lo dijo-
“falto de ritmo”.
De Ledesma, que ayer contó que les pidió perdón a
sus compañeros, no se entiende por qué en un partido clave como el que jugó el
Verdinegro en el Monumental se fue de boca y provocó la roja del árbitro Germán
Delfino y es menos comprensible cómo en la primera aparición después de su
vuelta tras cumplir la suspensión, ya con amarilla y en el momento más caliente
ante el Taladro cuando Ardente ya estaba en las duchas, tras una falta decidió
patear la pelota contra el cuerpo de un rival para volver a ver la roja. Errores
llamativos en un jugador con vasta experiencia en la elite del fútbol
argentino.
“Que con Garnero a los dirigentes no les termine
pasando lo de (Gabriel) Perrone”, dijeron algunos hinchas en Radio La Voz
anoche, a pesar de que al DT le tienen algo más de paciencia por el ascenso a
Primera en el 2011, con un equipo que había dejado armado Darío Franco antes de
irse por los chispazos con la Comisión Directiva. Ayer no se lo escuchó al
presidente Jorge Miadosqui hablar enérgico en los medios como lo venía haciendo
en los últimos tiempos. Y ya hay rumores de malestar en el vestuario, entre
algunos jugadores y con el técnico.
Van sólo 5 fechas y todavía hay tiempo para buscar
la reivindicación y demostrar que pueden volver a enamorar a los hinchas con
parte de un plantel que terminó siendo en Primera División “el equipo de la
gente”. De los titulares que jugaron ante River quedan Ardente,
Ledesma, Gastón Caprari (marcó el gol de San Martín ese día) y Cristian Álvarez
a quienes se les suman Poggi, Maximiliano Bustos y Diego García que también estuvieron en los
encuentros finales (Bogado se recuperaba de una lesión por ese entonces). De
ese grupo de siete jugadores base en los últimos partidos en Primera, Ledesma
apareció como volante central pese a que parecía un reemplazo cantado por Hoyos, de mal rendimiento en las dos últimas fechas, el Mencho Bustos
todavía no está recuperado después de haberse operado en una rodilla, el "Gurí" García vuelve en estos días a hacer fútbol tras recuperarse de una lesión y el "Gato"
Caprari no va ni al banco por decisión de Garnero.
“A pesar de todo… vamo’ a volver”, cantaba anoche La
Banda del Pueblo Viejo y a pesar de la impotencia, de la tristeza, de la vacía
sensación de no ser ya ese equipo que enamoró al país por su fútbol y que fue
destacado en una columna denominada “El legado que deja San Martín”, escrita
por el periodista Christian Leblebidjian en diario La Nación; a pesar de la goleada
irrefutable de un sábado sin gloria en el que se hizo de noche muy rápido, la Popular
Norte alentó hasta el final y muchos aplaudieron a los jugadores cuando se
retiraban. Ojalá eso sirva como reflexión también, porque cuando la gente que
siempre está deje de hacerlo será muy difícil levantar la mirada y mantener esa
chapa de “grande del interior”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario