domingo, 24 de febrero de 2013

La historia del enorme trapo de la Popular Norte

El padre del telón 


Se llama Diego Kamariski y es gerente de una casa de venta de telas. Fanático de San Martín desde niño, criado a pocas cuadras de la cancha, hizo una bandera del tamaño de la tribuna que alberga a ocho mil personas. “Me dicen que sólo un loco puede hacer eso”. Su esposa es hincha de la contra e hija de uno de los “hermanos Vega”, leyendas en Desamparados. Amor con colores opuestos. Pasión por el fútbol.  

Texto: Pablo Zama
Fotos: Antonella Letizia y gentileza D. Kamariski 

Entre el sonido insistente de un teléfono que ya explota y una secretaria que pregunta sobre precios y facturas A, B o C; entre trabajos a medio terminar en la PC y un encargado de área que expone problemas de horarios de una empleada; al fondo de un “túnel” lleno de telas de decenas de colores distintos, hay un hincha verdinegro vestido de gerente en una oficina humilde y con papeles desordenados. “Me dicen que sólo un loco hace lo que se me ocurrió hacer a mí”. Diego Kamariski, joven, disperso por todas las actividades que tiene a cargo, hace pausas en medio de la arrolladora rutina y revela: “Mirar el telón cuando lo bajan en la popular y decir ‘pensar que lo hice yo’, es un orgullo y una alegría muy grande”.   

El padre de la bandera gigante que los hinchas de San Martín despliegan cada fin de semana en la cabecera norte del estadio Hilario Sánchez Rodríguez es un fanático de los colores del club de Concepción y encargado de un local de venta de telas ubicado sobre calle Laprida. Diego sonríe y muestra una mueca sarcástica cuando cuenta que a la confección del telón –costó miles de pesos, pero prefiere guardar reserva sobre la cantidad- lo pagó con la tarjeta de crédito de su esposa Valeria, paradójicamente, hija de Luis Vega, uno de los futbolistas históricos de Desamparados.   


Idea de un loco

“Dale Yani, sacá una factura C, que es lo que nos están pidiendo últimamente… Está bien, dale, gracias Yani”… Cuelga el teléfono, respira fuerte, suspira. “La AFIP te vuelve loco”, dice. Se acomoda frente a la computadora. Ablanda los pómulos como los habrá relajado después del 0-0 ante Rosario Central en la permanencia en Primera, y con los ojos perdidos en el leiv motiv de gritos y euforia de una noche épica, remata: “Cuando le dimos vuelta el partido 3 a 2 a Olimpo, lloré. Con Olimpo casi me muero”.

Diego busca complicidad con la mirada y recuerda que hace algunos años vio que en la cancha puyutana desplegaron una bandera y no le gustó cómo estaba confeccionada. “Dije ‘por qué no hacer una bandera para nosotros’. Pero nuestra tribuna es mucho más grande, así que fue un trabajo importante”. Para cubrir toda la popular ocupó 1100 metros de tela. El utilero Luis Ruarte lo ayudó con un aparato especial para poder tomar las medidas de la cabecera que fue construida tras el primer ascenso a Primera División en el 2007, cuando los dirigentes del club decidieron tirar la antigua popular para hacer una con mayor capacidad. 

“Las costureras fueron mis dos cuñadas, -continúa la paradoja- que también son hinchas de Sportivo”. El tiempo empleado para unir los trapos fue de casi tres semanas. Como les cobraban mucha plata por pintar la bandera, Diego se contactó con Ariel, uno de los jóvenes de la hinchada que hace aerografía, que le propuso varios modelos de dibujos: una vez elegido, Ariel fue el encargado de realizar el escudo y las letras. Pero no quiso cobrar porque, igual que Diego, lo hizo por los colores que ama. La pintura que usaron es la misma que se utiliza para los autos, que no se sale con facilidad, y fue comprada en una pinturería de amigos verdinegros que les hicieron precio. En total tardaron dos meses y medio para terminar el telón. “En mi casa casi me echan, porque había telas hasta en el baño”, se ríe.


No existe en la memoria de Kamariski, la fecha exacta en la que se produjo el debut del telón más grande de la historia de San Martín. Pero el recuerdo emocional dice que fue en el año 2010 cuando el Verdinegro estaba en la Primera B Nacional, un año antes del ascenso en la Promoción frente a Gimnasia La Plata. “Cuando terminamos de hacerlo, lo llevamos en mi Fiat Uno, imaginate lo que era eso –risas-… llevar semejante trapo ahí. Había rumores de que algunos hinchas de Sportivo iban a tratar de robarnos el telón, así que algunos policías de la Comisaría 2º nos tuvieron que acompañar hasta el club”, admite. Desde ese día, el enorme trapo con dos franjas verdes y tres negras, con el escudo de la institución en el medio y un aro amarillo arriba que simboliza el apodo porteño de “santo sanjuanino”, está guardado en la utilería del estadio. Un grupo de hinchas de la Popular Norte son los que se encargan antes de cada partido de llevarlo hasta la tribuna y de guardarlo una vez finalizado el encuentro. Al término de cada temporada, Kamariski retira el telón y se lo lleva a su casa para realizarle un arreglo general. “Este año vamos a repintarlo”, adelanta.   



Dormir con el “enemigo”

“Menos mi señora, en mi casa somos todos de San Martín”. ¿Y de qué equipo es? –sonríe- “Ella es de Sportivo, se crío en el Barrio Puyuta. Diferimos en los colores, pero nos gusta mucho el fútbol. Me acompaña a ver los partidos del Verdinegro y yo la acompaño a la cancha de Desamparados, aunque a veces no he podido entrar, porque algunos hinchas me reconocen y me empiezan a insultar, así que decidimos irnos”.  

“Mi esposa vio todo nuestro ascenso a Primera y yo vi la campaña en la que ellos ascendieron a la B Nacional. Vamos a todas las canchas del fútbol de San Juan, como a la de la Alianza, por ejemplo”. Valeria y Diego eran compañeros de la secundaria y se pusieron de novios pese a que los domingos cada uno vivía otra pasión paralela. Después se casaron y, más allá de las diferencias futbolísticas, se llevan bien porque no se hacen “cargadas”, principal regla de convivencia.   
  

Nacido, criado y todavía habitante, junto a su familia, de Villa América, Diego Kamariski cuenta que le ganó la pulseada a Valeria: sus tres hijos (dos nenas y un varón) se hicieron hinchas de San Martín. Tiene como ídolo a Rodolfo Alberto Rodríguez, a quien le donó indumentaria de entrenamiento para los chicos cuando el “Roly” dirigía las divisiones inferiores del Verdinegro. Además cuenta que conoce a los dos 9 que marcaron en las finales de los ascensos a Primera: Luis Tonelotto y Sebastián Penco. “A Penco lo ayudamos cuando se le rompió su notebook y desde ahí quedó el contacto. Cuando lo veo nos ponemos a conversar”. El hincha vestido de gerente en esa mañana calurosa y rutinaria aclara que no le gusta el técnico Gabriel Perrone porque nota que “le cuesta llegar al grupo, no lo veo como líder del plantel” y dice que al equipo se le hace difícil definir los partidos.

Toda su adolescencia alentó al equipo desde la popular. Ahora va a la Platea Alta buscando mayor seguridad para sus hijos, pero su corazón está en forma de bandera gigante en la tribuna de los ocho mil gritos. Por eso dice: “Creo que el que más putea en la platea soy yo, vivo muy intensamente los partidos”. Pablo Sandoval, el personaje de Guillermo Francella en “El secreto de sus ojos” sentenció que un hombre puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar: no puede cambiar de pasión. “Me dicen que sólo un loco puede hacer lo que hice yo”, repite Diego.   


6 comentarios:

  1. gracias capo de todo corazón por el regalo que diste a san amrtin

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  2. Inmensamente gracias por algo tan lindo y qe me emociona verlo desplegar!

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  3. MUCHAS GRACIAS. LA VERDAD QUE SOS UN GENIO.

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  4. Muy linda la historia, pero me ubiese gustado que se cuente toda la verdad.
    Siempre me mantube en el anonimato, incluso sabiendo de que muchos hicieron plata con el tema del TELÓN.
    la gran satisfacción mía fué haber pintado ese telón, cumpliendo mi sueño. Y se que también cumplí el sueño de muchos verdinegros.
    Diego si fué quien consiguió las telas, pero el laburo de la pintura la hice yo, se gastaron 12 litros de pintura vehicular,muchísima, si tenemos en cuenta que para pintar un auto de tamaño mediano se necesitan 4 litros.
    La técnica fue en aerografía, es moy caro( godoy crus pagó en su primer ascenso 17 mil pesos por la pintada del telón ), y yo no les cobré ni un solo peso, nunca vi a un dirigente, me pasé 3 semanas pintandolo con un amigo "PEDRO ARMENDARIS", dos domingos desde las 10 de la mañana hásta las 23Hs. fueron días de mucho sacrificio, si tenemos en cuenta que de mañana trabajaba en una fábrica y de ahí me iba al club a seguir con la pintura del telón. fueron días en los que me levantaba a las 4:30 de la mañana y me despedía de mis hijas cuando ellas dormían y las encontraba durmiendo cuando volbía después de las 12 de la noche. Nada importaba, solo quería terminar uno de mis sueños mas grandes.
    Cada ves que algún amigo se entera de algunas cosas que se dicen acerca de la confexión del telón, me dicen que soy un boludo, no me importa. Se que solo yo tengo la verdad, solo me basta con mirar los videos que tengo desde el comienzo y hasta el final de la pintada....
    A y mi nombre no es Ariel. Soy solo el pelado que pintó el telón, sin ser gerente de una empresa ni mucho menos, yo me gano el pan para mis hijas haciendo aerografías, y le dediqué 3 semanas a un laburo en el que se me rompió el compresor y nadie se hizo cargo del arreglo. pero para mi fué el placer de romper una herramienta que me daba de comer a cambio de cumplir uno de mis mayores sueños.

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    1. Que te crees vos? A Ver... Mostrá alguna Foto con el Telón? Me parece Humo

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  5. Muchas gracias
    este telon es el orgullo verdinegro y el mas grande se San Juan, capo!!

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